A finales del año 2.011 incorporamos una nueva pieza a nuestro repertorio, la
calavera, que actualmente la realizamos en dos formatos y una amplia gama de motivos decorativos y en ocasiones con complementos.
A esta serie la hemos denominado
Vanitas y estas son algunas de ellas.
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PEQUÑA CON INICIALES. |
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FERRONERIE. |
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HORMIGAS. |
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AZUL Y NARANJA. |
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AZUL Y AMARILLA |
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MARMORIZADA. |
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LETRAS GRIEGAS. |
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LETRAS AZULES |
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PEQUEÑA MARIPOSA |
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PEQUEÑA VEGETAL. |
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GALLINERO |
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ESPONJILLADA |
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FLORINDA |
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ZARCILLOS |
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GOLONDRINAS |
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CORONA |
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TRICOLOR |
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HUESOS
Diciembre 2012
Centro Cerámico Talavera. Serie “vanitas”
Uno de los elementos
más repetidos a lo largo del tiempo, y en diferentes manifestaciones
artísticas, ha sido la calavera. Asociada a la muerte se ha venido
integrando en la pintura, grupos escultóricos, relieves, u otras
expresiones estéticas con un significado determinado en cada uno de
ellos, a veces con un mensaje asociado del propio artista, o del
comitente que encargó la obra. Durante el Barroco fue muy usual incluir
en las obras objetos que aludían de forma directa o indirecta a la
muerte, ya fuera la propia calavera, relojes de arena, joyas, libros,…
Era la consideración del arte como forma de hacer notar la vanidad hueca
del poder mundano, efímero ante la realidad cierta del final que nos
llega a todos, la muerte. Es el género artístico conocido como
“vanitas”.
El Centro Cerámico, ha introducido en su obra creativa
esta serie de “vanitas” inspirándose en los artistas de antaño, pero a
la vez actualizando la sentencia del Eclesiastés, “Vanidad de vanidades y
todo vanidad”. Trata este tema de forma desenfadada, enlazando con
motivos tradicionales de la cerámica de Talavera de la Reina, pero
también con nuevos diseños en colaboración con artistas actuales (es el
caso de Aitor Saraiba). Eleva a la categoría de “arte”, lo que en su
origen, el tratamiento de la materia, el barro, la arcilla, es
considerado normalmente como “artesanía”.
Lo bello surge desde la
negación de la vida, la muerte trastocada en su símbolo más universal,
tan eterno a la vez, como es la calavera. Expresión de la vanidad, del
desengaño, de la vida que se pierde, donde se iguala al poderoso con el
pordiosero, al obispo y al caballero con el hombre sencillo del pueblo.
Son las “vanitas”, como expresaba Valdés Leal, “Finis gloriae mundi”,
“Fin de la gloria de este mundo”. Y ahora, en nuestros días, el Centro
Cerámico hace un guiño para el disfrute estético con esta serie en el
que el volumen, la materia, la composición y el dibujo, abren un espacio
a la vida y no a la muerte, recordando a las singulares “catrinas”, las
otras calaveras “garbanceras” que tan peculiarmente dibujó el artista
mexicano José Guadalupe Posada.
Luis Fco. Peñalver
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